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junio 06, 2024 3 lectura mínima
El primer año de vida de un bebé está lleno de un rápido crecimiento y desarrollo, por lo que los 12 meses son especialmente significativos. A esta edad, la mayoría de los bebés han pasado de ser bebés completamente dependientes a niños pequeños curiosos, móviles e interactivos. Este período es crucial, ya que sienta las bases para su futuro desarrollo cognitivo, social y físico.
A los 12 meses, la mayoría de los bebés suelen alcanzar varios hitos clave en diversas áreas:
- Motricidad gruesa: Muchos bebés empiezan a caminar o ya lo hacen con apoyo. Gatear, incorporarse y desplazarse entre los muebles son comunes.
- Habilidades motoras finas: una mejor coordinación mano-ojo permite a los bebés tomar objetos pequeños con el pulgar y el índice, una habilidad conocida como pinza.
- Permanencia de los objetos: Los bebés entienden que los objetos continúan existiendo incluso cuando están fuera de la vista.
- Resolución de problemas: pueden experimentar con diferentes formas de lograr un objetivo, como descubrir cómo sacar un juguete de una caja.
- Primeras palabras: Muchos bebés comienzan a decir palabras simples como "mamá" o "papá" y entienden más de lo que pueden hablar.
- Gestos: Saludar, señalar y mostrar objetos a otros son comportamientos comunicativos comunes.
- Apego: Los bebés muestran una preferencia por los cuidadores primarios y pueden experimentar ansiedad por separación.
- Imitación: Comienzan a imitar comportamientos y expresiones de los adultos.
Los pediatras expresan varias preocupaciones si un niño no alcanza los hitos esperados a los 12 meses. Estas pueden incluir:
- Retrasos físicos: dificultad para gatear, permanecer de pie o caminar.
- Retrasos en el habla: falta de balbuceo, ausencia de primeras palabras claras o respuesta limitada a las palabras habladas.
- Problemas sociales y emocionales: falta de interés en la interacción, no hay respuesta a su nombre o ausencia de gestos básicos.
Durante el control de los 12 meses, los padres deben considerar hacer las siguientes preguntas:
1. ¿El crecimiento y el peso de mi bebé están dentro del rango normal?
2. ¿Existe alguna preocupación sobre las habilidades motoras o el desarrollo físico de mi bebé?
3. ¿Debe mi bebé recibir alguna vacuna específica a esta edad?
4. ¿Cómo puedo fomentar el desarrollo del habla y el lenguaje?
5. ¿Qué debe comer mi bebé? ¿Existen recomendaciones dietéticas?
6. ¿Cómo puedo garantizar que el entorno de mi bebé sea seguro a medida que se vuelve más móvil?
7. ¿Existen señales de retraso en el desarrollo que deba tener en cuenta?
Durante el primer año de vida, los bebés suelen tener visitas de control al mes, a los 2, a los 4, a los 6 , a los 9 y a los 12 meses. Después del primer año, las visitas suelen programarse a los 15, a los 18 meses y, posteriormente, cada seis meses hasta los 3 años.
Alcanzar estos hitos es crucial, ya que indican un desarrollo cerebral saludable y un crecimiento físico saludable. El logro temprano de estos hitos puede predecir el éxito futuro del desarrollo, incluyendo el aprendizaje, el comportamiento y las habilidades sociales.
Los padres y cuidadores pueden tomar varias medidas para ayudar a garantizar que su hijo alcance los hitos del desarrollo :
- Compromiso: Interactúe regularmente con el bebé a través del juego, hablando y leyendo.
- Ambiente: Proporcionar un ambiente seguro y estimulante con oportunidades para la actividad física y la exploración.
- Salud: Asegúrese de que el bebé reciba una nutrición adecuada y atención médica regular.
Si un niño no ha alcanzado todos sus hitos, la intervención temprana es crucial:
- Consulta: Hablar con un pediatra para conocer el alcance del retraso.
- Terapias: Los programas de intervención temprana pueden incluir fisioterapia, terapia ocupacional o terapia del habla, dependiendo del área del retraso.
- Apoyo: Trabajar con especialistas para crear un plan adaptado a las necesidades del niño y seguir constantemente las actividades y ejercicios recomendados.
El hito de los 12 meses es un período crítico en el desarrollo infantil, que marca la transición de la infancia a la niñez temprana. Al comprender y monitorear los hitos del desarrollo, abordar cualquier inquietud con prontitud y brindar un entorno de apoyo, los padres pueden contribuir al crecimiento y desarrollo saludables de sus hijos. Las visitas médicas regulares y la intervención temprana, cuando sea necesario, son clave para ayudar a un niño a alcanzar su máximo potencial.